Ayer por la tarde al regreso de mis labores de oficina,estaba mi pequeño vecino de 2 años con sus ojos tan negros
y su pelito brilloso color azabache, que resaltan en su piel tan blanca,
con él, algunas veces juego, peleamos pero de que pasamos un rato
agradable lo pasamos los dos, al verme llegar inmediatamente
con señas peleaba conmigo, pero a pesar
de ese mal humor fingido, su tierna sonrisa me saludaba.
Yo en cambio le mandaba besos, después de mandarle
3, sonrió, llevo su regordeta manita a los labios y me mando
muchos besos dibujando en su carita una gran sonrisa.
No hay nada más rico y confortable que esos
besos sinceros, tiernos y dados con la alegría
de un pequeño travieso, que cambia los puñitos y
el mal humor, por besos y sonrisas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario